Mi regreso a Simthali fue corto pero muy gratificante. Acompañé a Paula para hacer el chequeo médico a los niños de la escuela Sheti Devi. Evidentemente ella se encargó de toda la parte técnica y yo de la logística. Hacer un test médico a mas de 100 niños aunque sea tan básico como el que pudimos hacer no es tarea fácil.
Los dos compramos material escolar en Katmandú para donarlo a la escuela. ya os comenté que aquí carecían de prácticamente todo. Aunque parezca difícil de creer, aquí muchos niños no tienen ni una simple libreta donde escribir, ni un bolígrafo.
Esta vez mi llegada fue muy diferente a la primera vez. la ilusión de volver a ver a todos, a Ama, a su familia, a la familia Mahat era grande. a mas a mas, les traía regalos, un balón de verdad, ropa nueva para todos los niños, algo de bisutería para las mujeres....
el trayecto de ida, como no, fue duro. las 4 horas de subida a pie desde el rio Sunkosi a Simthali serán difícil de olvidar. pero esta vez el clima nos tenía deparada una gran sorpresa. Con el monzón ya retirándose, los días son mas claros y soleados, y por fin tuvimos unas espectaculares vistas de los Himalayas de Langtang como telón de fondo.
Los chequeos fueron muy bien. de hecho, la mayoría de los chicos presentaban un buen aspecto, a excepción de muchas heridas y rasguños superficiales, marca de la casa ya que trabajando como trabajan muchos en el campo y con los animales para ayudar a sus familias, es bastante normal. paula se dedicó también a curar varias de ellas. Pero se detectaron dos casos, uno tenia una herida en la mano medio vendada. Paula la destapo y la herida estaba muy infectada y lo peor es que tenia el dedo roto y completamente fuera de sitio. Insistimos de que tenían que llevarlo al hospital mas cercano para que se lo curasen bien sino perdería la mobilidad en el dedo. el otro caso fue que directamente el niño no veía nada. le urgían unas gafas.
El resto de tiempo lo dedicamos a estar con nuestros amigos saraswoti, enfermera también y con quien paula compartió experiencias, y Ashok, mi amigo y ayudante de saraswoti. los dos trabajan desplazados en la región como trabajadores sociales sponsorizados por una ONG norteamericana para ayudar, asesorar y implantar medidas y normas de salud y bienestar a las gentes de zonas rurales y remotas.
Y con ellos, Paula nos impartió una clase de yoga en el espectacular entorno del valle. Yoga que se convirtió en una función de teatro improvisada para los vecinos. Así que tuvimos poco karma, pero fue muy divertido.
Regresamos a Sundarijal con la satisfacción del trabajo realizado, pero con la incertidumbre que te queda cuando ves que mas allá de lo que puedas hacer en ese momento, no sabes, o peor, si sabes que no habrá una continuidad en todo ello y que de alguna manera, en este entorno rural y difícil, los niños al final, están a merced de las circunstancias que la vida les pueda deparar, con muy poco margen de error.
En fin, fueron solo 6 días pero vividos muy intensamente y resumidos en el siguiente video montaje.
Los dos compramos material escolar en Katmandú para donarlo a la escuela. ya os comenté que aquí carecían de prácticamente todo. Aunque parezca difícil de creer, aquí muchos niños no tienen ni una simple libreta donde escribir, ni un bolígrafo.
Esta vez mi llegada fue muy diferente a la primera vez. la ilusión de volver a ver a todos, a Ama, a su familia, a la familia Mahat era grande. a mas a mas, les traía regalos, un balón de verdad, ropa nueva para todos los niños, algo de bisutería para las mujeres....
el trayecto de ida, como no, fue duro. las 4 horas de subida a pie desde el rio Sunkosi a Simthali serán difícil de olvidar. pero esta vez el clima nos tenía deparada una gran sorpresa. Con el monzón ya retirándose, los días son mas claros y soleados, y por fin tuvimos unas espectaculares vistas de los Himalayas de Langtang como telón de fondo.
Los chequeos fueron muy bien. de hecho, la mayoría de los chicos presentaban un buen aspecto, a excepción de muchas heridas y rasguños superficiales, marca de la casa ya que trabajando como trabajan muchos en el campo y con los animales para ayudar a sus familias, es bastante normal. paula se dedicó también a curar varias de ellas. Pero se detectaron dos casos, uno tenia una herida en la mano medio vendada. Paula la destapo y la herida estaba muy infectada y lo peor es que tenia el dedo roto y completamente fuera de sitio. Insistimos de que tenían que llevarlo al hospital mas cercano para que se lo curasen bien sino perdería la mobilidad en el dedo. el otro caso fue que directamente el niño no veía nada. le urgían unas gafas.
El resto de tiempo lo dedicamos a estar con nuestros amigos saraswoti, enfermera también y con quien paula compartió experiencias, y Ashok, mi amigo y ayudante de saraswoti. los dos trabajan desplazados en la región como trabajadores sociales sponsorizados por una ONG norteamericana para ayudar, asesorar y implantar medidas y normas de salud y bienestar a las gentes de zonas rurales y remotas.
Y con ellos, Paula nos impartió una clase de yoga en el espectacular entorno del valle. Yoga que se convirtió en una función de teatro improvisada para los vecinos. Así que tuvimos poco karma, pero fue muy divertido.
Regresamos a Sundarijal con la satisfacción del trabajo realizado, pero con la incertidumbre que te queda cuando ves que mas allá de lo que puedas hacer en ese momento, no sabes, o peor, si sabes que no habrá una continuidad en todo ello y que de alguna manera, en este entorno rural y difícil, los niños al final, están a merced de las circunstancias que la vida les pueda deparar, con muy poco margen de error.
En fin, fueron solo 6 días pero vividos muy intensamente y resumidos en el siguiente video montaje.
Gran feina la que heu fet.... de moment estar allà i donar difusió del projecte és molt, i ara segur que entre tots trobarem manera de donar-li continuïtat per tal de donar un cop de ma. Anim i pensament positiu. Un cop més felicitats x tot.
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